Nos vamos a situar en el
municipio del RINCÓN DE LA VICTORIA,
a 15 kilómetros de Málaga, dirección Almería. Este enclave malagueño es famoso
por sus boquerones, los espetos de sardinas y el turismo de sol y playa. Sin
embargo, tiene unos parajes que merecen la pena ser descubiertos. En concreto,
vamos a conocer la CUEVA DEL TESORO, EL
FUERTE BEZMILIANA Y UN PASEO JUNTO AL MAR.
La Cueva del Tesoro:
Es una de las tres cuevas de
origen submarino existentes en el mundo y la única visitable así que estamos de
enhorabuena. Antes de ir, me estuve informando por Internet y esto hizo que mi
interés aumentara puesto que se habla de tesoros, fantasmas y diosas que llaman
a la curiosidad de adultos y, sobre todo, de los más pequeños de la casa.
Pues bien, la cueva se sitúa
en un lugar llamado Cantal Alto, en una loma desde la que se divisa el mar. La
visita siempre es guiada y cuesta 4,65€ para los mayores y 2,75€ para los niños
(los menores de 3 años no pagan). Los horarios van desde las 10:45 hasta las
17:15 horas en visitas de, aproximadamente, 40 minutos. El coche se puede dejar
en el parking habilitado para ello en la explanada delantera (donde también
encontramos restos arqueológicos). La temperatura del interior se sitúa en unos
18ºC por lo que es conveniente llevar algo de abrigo.
La cueva está formada por
columnas y gargantas propias del mar, como si de repente nos sumergiéramos en
las profundidades marinas. Pero también tiene construcciones caprichosas
esculpidas por el agua dulce con estalactitas y estalagmitas que nos acompañan
en nuestro recorrido.
La oquedad es de época
jurásica y presume de ser una cueva con grandes historias ocurridas en su
interior. De la época prehistórica cuenta con pinturas rupestres - aunque la
mayoría no son visibles para los turistas-. Sólo puede ver un pez con trazos
oscuros lo que nos confirma que estos humanos no sólo cazaban, sino que también
pescaban.
De época tartésica, en los
tiempos que Málaga era conocida como Malaka, encontramos un altar dedicado a la
diosa Noctiluca (diosa de la Noche y de la Luna). Es una piedra vertical con
forma de rostro de mujer, envuelta con un gran manto y un ojo circular. A sus
pies, existe otra piedra que parece ser el lugar de las ofrendas a la diosa. Se
han encontrado restos de cenizas de huesos que demuestran la existencia de un
rito hacia la diosa. Es un lugar mágico que gusta a personas de todas las
edades. Se encuentra en la Sala Noctiluca.
Otra historia importante es
la que protagonizó Marco Craso en el año 86 antes de Cristo. Se cree que se
ocultó ocho meses en la cueva huyendo de Mario y Cinna. Esta historia la cuenta
la guía en la sala llamada Marco Craso en honor a este personaje histórico.
Otro punto importante del
recorrido de unos 600 metros totales, es la Sala de los Lagos. Es el lugar más
extenso de la cueva. Por su conservación no está muy iluminado pero pueden
observarse perfectamente los tres lagos de agua dulce formados por las
filtraciones de agua que se han ido produciendo a lo largo de los años.
Otras salas no menos
importantes son la Sala de la Virgen y la Sala del Águila. Ambas denominaciones
se deben a las formaciones que simulan estas figuras. Los niños disfrutan mucho
imaginando a la rapaz a punto de lanzarse sobre una supuesta presa.
Y hemos dejado para el final
la historia más importante y por la que esta cueva se llama “del Tesoro”. Se
cuenta que en el siglo XII, Tasufin Ibn Ali, rey de los almorávides, ocultó en
secreto en este lugar el llamado “Tesoro de los Cinco Reyes”. Este relato fue
escrito en el siglo XIX y fue el motivo que trajo a un suizo, Antonio de la
Nari a este lugar. Se tiró más de treinta años de su vida dinamitando galerías
sin el resultado esperado. Murió en una de estas explosiones quedando enterrado
en su propia avaricia.
La cueva estuvo en el olvido
durante años hasta que a mediados del siglo XX el propietario de los terrenos,
el profesor y abogado Manuel Laza, encontró varias cerámicas vidriadas árabes y
un candil con seis dinares de oro de época almorávide en su interior, acuñados
en tiempos del rey Tasufin. Por lo que, nos podemos preguntar: ¿está todavía el
tesoro oculto en algún lugar de la cueva? ¿es la historia que se cuenta
realidad o leyenda? Estos interrogantes les encantan a los niños que van
buscando por todos los rincones a ver si encuentran el ansiado tesoro.
Y no se nos olvida al
fantasma. También se cuenta que el espectro de Antonio de la Nari, el Suizo,
vaga por las galerías buscando todavía su fortuna entre las grutas y oquedades.
Nosotros no lo vimos en el recorrido pero, ¿quién sabe si otros ojos sí pueden
verlo?
Los niños estuvieron varios
días acordándose del tesoro y del fantasma de la cueva. Así que la visita fue
fructífera y gratificante para todos.
Casa Fuerte Bezmiliana
Esta construcción defensiva
fue realizada por orden de Carlos III en el siglo XVIII para proteger la costa
de los ataques de piratas holandeses e ingleses. Podemos imaginar fácilmente
como los corsarios de los mares llegaban a las playas del Rincón e intentaban
saquear a sus habitantes.
El edificio tiene forma
cuadrada, con muros exteriores de piedra y dos torres que ofrecen la función
defensiva que tenían. Actualmente, se usa este inmueble como espacio artístico
en la que podemos encontrar exposiciones y actividades culturales. Abren con
horario de mañana y tarde salvo los domingos que sólo tienen una apertura
matinal. Cuando nosotros estuvimos había una exposición de fotografías muy
interesante sobre viajes. ¡Qué casualidad!
Paseo junto al mar
Para terminar la jornada y después de comer en uno
de los bares y restaurantes del Paseo Marítimo –recomendamos el pescaíto frito-
nos dirigimos hacia un sendero que conecta el Rincón de la Victoria con la Cala
del Moral. Se trata de un recorrido de unos 5 kilómetros que se hace siguiendo
la costa en un sendero preparado para tal fin. Uno de los puntos más bonitos y
con más significancia para los lugareños es el altar de la virgen del Carmen
construido en la roca desde la que la patrona vela por los marineros. Después,
atravesamos unos túneles que eran usados por el tren que conectaba antiguamente
toda la costa oriental malagueña.
Y tras descansar mirando al mar llegamos a la
Cala del Moral, antiguo enclave marinero. Tardamos algo más de hora y media en
llegar a nuestro destino donde merendamos y nos recogieron para llevarnos de
nuevo al Rincón de la Victoria donde cogimos el coche para llegar a casa y
disfrutar de un merecido descanso.
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