martes, 3 de marzo de 2015

Santiponce, Itálica y mucho más

A pocos kilómetros al norte de Sevilla se sitúa Santiponce, un municipio de más de 8.000 habitantes que alberga atractivos turísticos muy recomendables. Uno más conocido, Itálica, y otro, más desapercibido para los turistas pero igualmente impresionante, el Monasterio de San Isidoro del Campo. Ambos espacios culturales son gestionados por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía siendo la entrada gratuita.




Nuestra visita comenzó en el Monasterio de San Isidoro del Campo. Este enclave religioso se puede aprovechar para explicar a los niños lo que era un monasterio, quienes vivían allí y otras cuestiones relativas a la vida monacal. Existen unas pinturas murales muy atractivas cuyas escenas podemos aprovechar para enseñarles estas cuestiones. Cuando viajas con niños significa que también pueden acompañarte otras criaturas que tampoco se quieren perder la escapada. Pues nada, que aprendan también y que salgan en las fotos.




La visita al monasterio se inicia con la entrada al conjunto por la parte del atrio, elemento que nos da a entender el carácter de fortaleza del edificio. Una vez dentro y tras haber adquirido el ticket, pasamos a la Iglesia. De ella nos llama rápidamente la atención el Retablo de San Isidoro y San Jerónimo, obra de Martínez Montañés (s. XVI). También el coro es de destacar y otros elementos como los libros capitulares.


Al salir de la iglesia nos encontramos con el Claustro de los Muertos donde priman los azulejos de gran valor, las pinturas murales y la espadaña que se alza sobre el claustro. Avanzando nos encontramos con otra de las joyas del monasterio: El Patio de los Evangelistas. Destacan sus frescos con tonalidades cálidas, con escenas de los evangelistas y con detalles geométricos.

Continuamos por el Refectorio, el comedor de los antiguos monjes. En él destaca el gran mural de la Santa Cena y otras pinturas que bien merecen detenerse a contemplarlas. Después de esta estancia y tras salir al Claustro de los Muertos nos encontramos con la Sala del Artesonado en la que hallamos la Biblia del Oso, la primera traducción de la biblia al castellano. Se le puede mostrar a los niños el libro para que valoren la importancia de los libros a lo largo del tiempo y preguntarles el porqué se le llama “del oso”.

Para terminar el recorrido por el monasterio vemos la Sacristía, la Sala Capitular y la Capilla del Reservado, un espacio pequeño y recogido, decorado con pinturas y esculturas en su totalidad, y cuyo retablo también se adjudica a Martínez Montañés.



Este monasterio nos ha sorprendido muy gratamente. Su construcción se inició en el s. XIII por Guzmán el Bueno y continuó con reformas y ampliaciones hasta el siglo XVIII. Con las Desamortizaciones del siglo XIX sufrió un deterioro y abandono paulatinos que hicieron que parte del edificio quedara en ruinas. Afortunadamente, se ha puesto en valor una parte del mismo. Ahora bien, si tenemos en cuenta que sólo el 25% del conjunto ha sido restaurado nos podemos preguntar, ¿qué otra joyas hay escondidas tras los muros de este monumental edificio?


Para más información y mayor detalle de los aspectos artísticos, podemos ver este vídeo:



Tras salir del conjunto monacal, nos dirigimos a la antigua ciudad romana de Itálica. En ella nacieron tres importantes emperadores romanos: Trajano, Adriano y Teodosio siendo la primera ciudad romana fundada en Hispania.


Lo más destacable del complejo es el Anfiteatro, espacio que dedicaban los romanos a espectáculos de lucha de gladiadores y fieras. Tenía una capacidad para 25.000 personas lo que nos da idea de la importancia de esta ciudad romana. Los espectadores se distribuían en tres niveles de graderío y contaba con un suelo de madera que escondía un foso (hoy al descubierto) al servicio de los gladiadores y de otras personas encargadas de los espectáculos.
Es muy emocionante recorrer la arena donde lucharon los gladiadores e imaginarse ese espacio lleno de gente vitoreando al ganador. Los niños prestan mucha atención cuando les cuentas estas historias de leones, gladiadores, fieras, espadas y escudos. Merece la pena también adentrarse por los pasadizos laterales e imaginarse que uno va a tomar asiento en las gradas para presenciar el “espectáculo”.




Dejamos atrás el Anfiteatro y nos dirigimos por el Cardo Máximus (calle principal) a las Domus (casas) de la ciudad. En ellas son destacables los espectaculares mosaicos como el de la Casa de los Pájaros. Estas casas eran donde habitaban las familias ricas y contaban con horno de pan, patios y otras estancias de retiro.


Otro de los espacios que se puede visitar e imaginarse la buena organización que tenían los romanos eran las Termas, espacios reservados para el baño con salas de agua caliente y de agua fría. No llegamos a verlas porque hacía mucho frío para seguir andando. Fuera del recinto delimitado podemos ver el Teatro, que se aprovecha en la actualidad para celebrar anualmente el Festival de Teatro de Itálica.



Las visitas nos han abierto el apetito así que nos dirigimos a Casa Venancio, justo enfrente del Conjunto de Itálica. Las carnes a la brasa son su especialidad, algo que podemos constatar tras degustar un rico secreto ibérico que nos deja muy buen sabor de boca de este municipio del Aljarafe sevillano. 

Celebrando el Día de Andalucía en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche

Siempre es un placer descubrir rincones en Andalucía. Esta vez nos hemos ido a las terminaciones de Sierra Morena, allá donde las dehesas se mezclan con los castaños y los productos ibéricos lo hacen con la artesanía más auténtica, la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Un lugar estupendo para que los niños descubran el proceso de crianza del cerdo, senderos por los que perderse y pueblos con el encanto de ser eso, verdaderos pueblos con gentes sencillas y acogedoras.


Alojamiento: Elegimos una casa rural en el municipio de Fuenteheridos, el corazón de la sierra onubense. Se llama Casas Rurales Biarritz, un complejo de seis alojamientos equipados con todo tipo de utensilios de cocina, calefacción central y chimenea que le da a nuestra estancia un matiz hogareño. Se sitúa en el centro del pueblo, cerca de la plaza del Coso, donde se encuentran bares y tiendas en las que comprar los productos necesarios.

Complejo rural Biarritz, en Fuenteheridos



Viaje: Fuenteheridos, el pueblo donde nos alojamos, está de Sevilla y de Huelva a una hora aproximadamente. Nosotros tardamos unas dos horas y media en coche por lo que pudimos salir después de comer y llegar cuando aún no había anochecido.

Jueves 26 de Febrero: Llegada a Fuenteheridos, deshacer maletas y paseo por el pueblo para situarnos. Por la noche aprovechamos para planificar las visitas y las actividades que nos esperaban en los días próximos.


Viernes 27 de Febrero: Aracena, Peña de Arias Montano, Alájar y Aldea El Collado
Tras desayunar con auténtico pan de pueblo, nos dispusimos a ir a Aracena, a unos 10 kilómetros de Fuenteheridos. Se trata del principal municipio por población de la serranía, contando con unos 6.500 habitantes aunque, por el ambiente y la actividad económica parece más grande de lo que es. Cuenta con multitud de restaurantes, tiendas de artesanía, souvenirs y empresas actividades de aventura al servicio de los turistas y visitantes.
Aparcamos cerca del Museo del Jamón por lo que hicimos de éste, nuestra primera parada. Adquirimos una visita combinada con la Gruta de las Maravillas con un coste individual de 10,50 €. Los niños menores de cinco años no pagan.
El Museo del Jamón es un Centro de Interpretación del Cerdo Ibérico. Nos descubre la importancia económica y social de esta actividad milenaria para la zona y nos ofrece la oportunidad de aprender, de un modo didáctico, el modo de vida y crianza del cerdo en la dehesa onubense. Por otro lado, también nos enseña a distinguir las razas porcinas y nos adentra en una costumbre que forma parte de la etnografía de la sierra, la matanza. Para finalizar la visita, nos obsequian con una degustación de jamón, algo que se agradece después de haber aprendido tanto del tema.
Antes de salir del Museo, visitamos el Punto de Información Micológico. Consta de una serie de paneles en los que explican las especies de setas y boletus existentes en la zona. Para los amantes de esta actividad, existen empresas que se dedican a realizar salidas micológicas.
El aperitivo nos supo a poco por lo que nos encaminamos a un bar del pueblo a seguir degustando jamón y otros productos serranos. El almuerzo nos dejó saciados y nos encaminamos hacia la Gruta de las Maravillas, el principal atractivo turístico de Aracena.
Es mejor reservar hora previamente para no tener que esperar demasiado debido a la afluencia de público. La visita dura casi una hora, es guiada y van explicando los aspectos geológicos e históricos más importantes de la gruta. En los poco más de 1.000 metros que dura la visita, se contemplan doce salas con nombres que nos recuerdan a las formas que observamos (Brillantes, Mantones, la Catedral, los Garbanzos,..). Es de destacar también los lagos subterráneos que tiene, agua con la que se ha provisto el municipio de Aracena en tiempos pasados. Poco después de entrar en la cueva, te hacen una fotografía que la puedes adquirir a la salida por un precio de 8 €. Es un bonito recuerdo de nuestro paso por una de las cuevas más turísticas de España.
Al salir pudimos seguir disfrutando del sol espléndido de finales de febrero. A continuación nos encaramamos al punto más alto de Aracena: el Castillo-fortaleza. Aunque el castillo no se conserva como era originalmente, las vistas y el entorno bien merecen la subida. Al borde del recinto fortificado visitamos la iglesia de Nuestra Señora del Mayor Dolor, cuya parte más antigua es de estilo gótico-mudéjar sevillano. La torre nos recuerda a la Giralda de Sevilla con los paños de sebka. Las naves interiores están coronadas por bóvedas de crucería que cuentan con una iluminación más que aceptable. Una vez fuera del edificio, nos dimos un paseo rodeando la muralla de la fortificación y realizando unas fotografías de distintos ángulos del pueblo.

Plaza del Marqués de Aracena

Bajando por recortadas calles empedradas, llegamos a la plaza del Marqués de Aracena, conjunto rectangular que cuenta con otro de los edificios señeros del municipio: el Casino de Arias Montano.
De camino al coche, y tras deleitarnos con unos dulces de la zona, pudimos contemplar el Museo de Escultura al aire libre del que dispone Aracena. Son casi cincuenta piezas distribuidas por varios puntos del municipio. Es muy interesante preguntar a los niños lo que representa cada escultura para darnos cuenta de la imaginación que tienen.

Una de las esculturas repartidas por las calles

Con este paseo dimos por finalizada nuestra visita a Aracena. Nos disponíamos a regresar a la casa rural pero, sólo a cuatro kilómetros de Fuenteheridos se encuentra la Peña de Arias Montano, símbolo de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, por lo que no pudimos resistir acercarnos.  Este lugar se encuentra es un centro espiritual conocido desde hace siglos. Su nombre se lo debe al intelectual humanista muy próximo a Felipe II, Benito Arias Montano, (s. XVI) que eligió la peña como sitio de retiro y meditación. En este paraje se celebra una famosa romería de la comarca al igual que su espadaña y las garitas que la flanquean, unos de los puntos más fotografiados de la zona. 

Espadaña y garitas de la Peña de Arias Montano


A los pies de la peña se sitúa el municipio de Alájar. Su casco urbano ha sido catalogado como conjunto Histórico-Artístico en 1982. La zona más antigua, alrededor de la Iglesia, es de época árabe, con un trazado de calles estrechas y laberínticas. También podremos observar las casas típicas serranas  encaladas y techumbre a dos aguas de teja romana. Todas las calles están empedradas al estilo serrano y numerosas casas se encuentran flanqueadas por los denominados “llanitos”, empedrados artísticos de dibujos geométricos o figurativos con motivos del pueblo.
Saliendo de Alájar dirección a Santa Ana la Real, descubrimos por casualidad uno de los lugares más mágicos del viaje: la aldea El Collado. 




Es un complejo de pocas casas, sin iglesia, de calles empedradas y que transmite una paz embaucadora. Pudimos ver a niños muy pequeños jugando, ropa tendida en medio de la calle y un olor a chimenea que nos invitaba a no irnos. Debido a su abandono durante décadas, este lugar ha debido ser recuperado y rehabilitado pero merece no ser asediado por muchos turistas para que siga conservando su encanto.
Esta jornada ha sido intensa y larga por lo que sólo nos queda cenar, ducharnos y descansar hasta el día siguiente.

Sábado 28 de Febrero: Castillo de Cortegana, Almonáster la Real, Castaño del Robledo y Jabugo.
Hoy era el Día de Andalucía. Y nada mejor que celebrarlo en unos de los rincones de sus ocho provincias.
Cortegana es el segundo pueblo más grande de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, con poco más de 5.000 habitantes. Para visitar es destacable su castillo, que es la fortaleza medieval mejor conservada de la comarca. Nosotros reservamos previamente una visita teatralizada que se realiza por las estancias del edificio acompañados de divertidos personajes que nos muestran la realidad histórica del castillo en clave cómica con música en directo. Personajes como Gertrudis, el carpintero o el bufón nos harán la visita amena y didáctica. Los niños menores de 5 años no pagan y la entrada de adultos tiene un coste de 6 €. La duración de la visita es de una hora aproximadamente.




A unos siete kilómetros se encuentra nuestro próximo destino: Almonaster la Real. Se trata de un municipio de gran belleza con una vigía de excepción, la mezquita. Ubicada en lo alto de una loma, este edificio musulmán del s. X nos ha llegado en muy buen estado de conservación pudiéndose observar claramente todos los elementos de cualquier mezquita, incluso el alminar, aunque en épocas cristianas fue reconvertido en campanario para que el edificio pudiera ser utilizado como iglesia.
Junto a la mezquita se ubica un antiguo castillo, parte del cuál ha sido reconvertido en una plaza de toros bastante singular.


Bajando del promontorio llegamos a la plaza del pueblo. Había un ambiente festivo celebrando el Día de Andalucía. Daban potaje de garbanzos, había un mercadillo solidario y se escuchaba música flamenca en directo. Nosotros preferimos dirigirnos a un restaurante, en esta ocasión el llamado Miguel Tenorio donde pudimos degustar tapas variadas de productos típicos de la sierra.
Tras reponer fuerzas, callejeamos por la localidad para conocerla mejor. Nos sorprendió el buen estado de conservación del casco urbano, con casas encaladas, calles empedradas, portadas mudéjares y la iglesia de San Martín destacando en el conjunto la Puerta del Perdón. Son destacables también las numerosas fuentes que encontramos repartidas por el pueblo y las ermitas de la Trinidad o Santa Eulalia.

Después de ese relajante paseo, nos dirigimos al coche para tomar nuestra siguiente dirección: Castaño del Robledo. Situado a 16 kilómetros de Almonaster, este pequeño municipio tiene un encanto singular. Pese a sus 200 habitantes, cuenta con dos templos religiosos, una gran plaza, casas renacentistas y varias fuentes repartidas por la localidad. Es muy curiosa la llamada Iglesia Inacabada (“El Monumento”) puesto que realmente es un templo que no llegó a terminarse pese a su grandioso tamaño exterior.
Iglesia Inacabada "El Monumento", Castaño del Robledo


Para terminar el día nos pasamos por uno de los pueblos cuyo nombre es conocido universalmente por su jamón: Jabugo. En este pueblo no llegamos a bajarnos del coche puesto que los niños estaban dormidos y nosotros algo cansados. Son destacables las industrias de transformación del cerdo ibérico, hay multitud de comercios con productos serranos y una gran fábrica con visitas guiadas en la que muestran el proceso del jamón.


Fuenteheridos al atardecer


Al regresar a Fuenteheridos, y tras haber descansado, decidimos dar un paseo por el municipio. La plaza del Coso fluía actividad y se notaba que había más turistas que un fin de semana normal. En este municipio es de destacar el Crucero del s. XVIII, la fuente de los 12 caños y el nacimiento del río Múrtiga. Hay un camino bastante agradable que va bordeando el curso del río en sus inicios. Y no olvidemos el principal atractivo de Fuenteheridos: su entorno. Desde este pueblo salen senderos que merecen la pena ser recorridos.



Domingo 1 de Marzo: Sendero Fuenteheridos-Galaroza, Higuera de la Sierra, Zufre y Santa Olalla de Cala.
Este es el día de la vuelta. Pero no queremos abandonar Fuenteheridos sin realizar una actividad fundamental, senderismo.
Por encima de la calle La Charneca de Fuenteheridos sale un sendero que se dirige a Galaroza. Al salir del municipio nos encontramos con el Humilladero del Cristo de la Verónica y el cementerio. Nos adentramos en el sendero hasta recorrer algo más de un kilómetro para luego regresar sobre nuestros pies puesto que no tenemos vehículo para regresar si completamos el sendero. El paseo fue revitalizante y nos ayudó a aprender sobre las formas de vida de los habitantes del lugar puesto que pudimos ver actividad forestal rodeados de alcornoques, encinas y castaños. Es una de las rutas más bonitas del parque y, especialmente, si se hace en otoño puesto que los contrastes de color deben ser espectaculares.




Tras regresar, recogimos las maletas y nos dirigimos en coche dirección Sevilla. Llegaba la hora de comer y paramos en Higuera de la Sierra. Este municipio es conocido por su cabalgata de los Reyes Magos, la más antigua de España. Es por ello que dispone del Museo de la Cabalgata que no llegamos a visitar puesto que cierran a las 14:00 horas. Al lado de la iglesia de San Sebastián se alza un busto de Sebastián Santos Rojas, importante imaginero nacido en este municipio. Y cerca de él hicimos la parada para reponer fuerzas. Esta vez el restaurante elegido fue Jacarandá, una elección más que acertada. Es una cocina tradicional pero con un toque moderno que la hace exquisita. Migas, boletus en aceite, arroz cremoso con boletus, flamenquines crujientes, berenjenas con miel,.. hicieron el gusto de nuestros paladares que recomiendan este restaurante a cualquier viajero que aprecie el buen yantar.


Ya llevábamos el estómago lleno. Nos dispusimos a seguir la ruta. Ahora tocaba pasar por Zufre, cuyos miradores hacia el valle son impresionantes. Este pueblo se halla dispuesto mirando hacia los pantanos por lo que las vistas son estupendas. La iglesia está construida en un corte natural del terreno que también la hace singular. Nos bajamos del coche tan sólo para admirar la belleza natural que rodea al pueblo.

Y ya, para terminar la ruta, nos dirigimos hacia Santa Olalla del Cala, al límite de la provincia de Sevilla. Destaca su castillo-fortaleza y, a sus pies, la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción. No pudimos visitar los interiores de ambos puesto que estaban cerrados. De este municipio destacamos su ubicación puesto que se sitúa en el cruce de camino de la Ruta de la Plata, algo que ha permitido el paso de pueblos diversos por sus tierras. Y tras divisar varias cigüeñas alzadas en los más insospechados sitios, nos despedimos de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche convencidos que volveremos para seguir descubriendo esta comarca que nos ha conquistado por su autenticidad.







lunes, 2 de marzo de 2015

Esto va de dinosaurios. Dinopétrea en Sevilla

Está claro que desaparecieron hace miles de años pero tienen un magnetismo especial que cautivan a adultos y niños. Hablamos de ellos, de los dinosaurios.
En el Pabellón de la Navegación de Sevilla, y hasta el próximo 12 de Abril, se puede visitar la exposición Dinopétrea en la que encontrarás fósiles auténticos, reproducciones de esqueletos de dinosaurios a tamaño real y una manera muy amena y didáctica de entender la vida de estos animales del pasado.



La visita está planteada de la siguiente forma: Primero se proyecta un vídeo sobre el último día de los dinosaurios. En pocos minutos entiendes cómo y porqué desaparecieron de la Tierra. A los niños les gusta y les sorprende mucho y lo comprenden perfectamente aunque tengan, como los míos, menos de cinco años.
A continuación pasamos a ver un conjunto de fósiles de varias especies muy bien conservadas y procedentes de lugares muy distantes entre sí. Para completar la información paleontológica, también se hace un recorrido por la evolución del hombre desde que éramos homínidos.


Y ya por fin, en las últimas dos salas, aparecen los esqueletos de diferentes dinosaurios. Voladores, nadadores, anfibios, y el gran Tiranosaurio Rex, impresionante por su tamaño y expresión.
Para terminar con la exposición, los niños pueden jugar a ser exploradores que buscan fósiles. Tienen una piscina de arena en la que hay enterrados colmillos de tiburón de hace 45 millones de años y ellos pueden quedarse con uno de los que encuentren. El juego es barato, cuesta un Euro y merece la pena porque los niños disfrutan mucho. Al final del recorrido llegamos a una tienda con multitud de artículos, todos relacionados con los dinosaurios y nuestro más remoto pasado. Si no quieres que los niños se encaprichen en alguno de sus artículos, debes pasar rápido.


La exposición merece la pena. Cuesta 7 Euros para todas las personas a partir de 4 años. No se pueden hacer fotos en el interior, salvo que pagues 5 Euros adicionales y obtengas un pase especial de "fotógrafo".
Esta muestra es temporal. La fundación FACOP´s, entidad que la organiza, está intentando que se quede en la ciudad de Sevilla y para conseguirlo necesitan, no sólo del apoyo económico y logístico de las entidades públicas, sino también de los ingresos que obtienen con nuestras visitas.