miércoles, 27 de septiembre de 2017

Sin tiempo para contar nuestras escapadas

He visto que estáis compartiendo el blog por las redes sociales -cosa que agradezco y aprecio- pero llevo sin actualizar el blog bastante tiempo y me avergüenzo de no llevar al día esos momentos viajeros que tantas satisfacciones me dan. 


Aún así, espero poder ayudar a quienes pensáis hacer una escapada a alguno de los lugares que describo y, nuevamente, disculpad por la dejadez pero a veces el tiempo que me queda tiene otras prioridades. 


Saludos viajeros.

lunes, 29 de febrero de 2016

Tenerife en cuatro días

El puente de Andalucía y la Semana Blanca de los colegios e institutos de la provincia de Málaga, nos permite escaparnos unos días y recargar las pilas. Esta vez optamos por Tenerife, las afortunadas islas Canarias que, una vez más, nos demostró que el apelativo no lo tiene por gusto.

Vuelo: Ryanair (Sevilla-Tenerife Sur)
Hotel: Cordial Golf Club Resort 4* (a 8 kilómetros del aeropuerto)
Alquiler de coche en la isla: GoldCar
Parking en el aeropuerto de Sevilla: Parking Venta Bartolo

24 de Febrero
El vuelo lo cogimos de noche desde Sevilla, por lo que nuestro aterrizaje en Tenerife fue para dormir directamente. No sin antes pasar por segunda vez en Canarias por el trago del overbooking hotelero. Nos mandaron a otro hotel situado al lado del que habíamos contratado y al día siguiente volvimos. En estos casos, te suelen compensar y a nosotros nos dieron una habitación de categoría superior a la contratada, las bebidas del comedor y una doble sesión de spa. Si te tomas con filosofía lo del overbooking, sales ganando siempre.

25 de Febrero: Los Cristianos, Costa Adeje, Playa de las Teresitas, Santa Cruz de Tenerife y Candelaria
Una vez alquilado el coche en el aeropuerto de Tenerife, nos dispusimos a conocer los alrededores. Los Cristianos y la Costa Adeje fueron nuestros primeros destinos. Es una zona muy turística orientada principalmente a los alemanes y a los ingleses, mayoría en la zona. El sol no nos decepcionó y la temperatura rondaba los 23ºC, todo un paraíso cuando en la península estaba nevando.


Antes del almuerzo cogimos el coche otra vez para dirigirnos a la capital, Santa Cruz de Tenerife. Después de cruzarla en coche, llegamos al pintoresco barrio de San Andrés donde se sitúa la playa de las Teresitas, destacable por su arena blanca y por los sabrosos pescados que saboreamos en el restaurante de la Cofradía de Pescadores de San Andrés. Es un sitio muy recomendable por la relación calidad-precio.


Ya con el estómago lleno, subimos por la carretera de Igueste de San Andrés para asomarnos a un mirador desde donde hay unas vistas impresionantes de la playa y del entorno de Santa Cruz. Esa carretera te lleva a la entrada de uno de los entornos naturales más bonitos de la isla, el Parque Rural de Anaga.
Sin embargo, nosotros decidimos volver a la capital para conocerla un poco mejor. Dejamos el coche en el parking de la Plaza de España donde hay una oficina de turismo. Desde allí anduvimos por el centro, contemplando edificios, iglesias y haciendo una parada obligada en el parque de García Sanabria, lugar de esparcimiento de los lugareños. Santa Cruz destaca por ser tranquila, en la que parece que no existe el estrés y que acoge al visitante con gran amabilidad.  Saliendo de la ciudad nos detuvimos a admirar el Auditorio, un edificio imponente de Calatrava en el que se dan conciertos y eventos culturales a lo largo de todo el año.



De regreso al hotel, nos paramos en la localidad de Candelaria para visitar la basílica de la virgen del mismo nombre, patrona de Canarias. Es un edificio religioso típicamente isleño y un núcleo de peregrinación durante todo el año.
El día que llegamos empezaba el Carnaval que iba a ser retransmitido por TVE. Elegían a la reina del carnaval y pudimos ver los impresionantes trajes de plumas, lentejuelas y otros tejidos que, horas después, lucirían las chicas que se presentaban como candidatas.
El santuario se sitúa al lado del mar escoltado por las estatuas de los llamados Novenos Menceys, los colonizadores guanches de las Islas Canarias que las habitaban hasta la llegada de los castellanos. Desde este punto se puede contemplar la costa de Candelaria y las playas de arena negra.
Llegados a este punto se nos echó la noche encima y decidimos regresar al hotel para disfrutar de un merecido descanso.



26 de Febrero: Santiago del Teide y puerto,  avistamiento de cetáceos, acantilados de los Gigantes y  Valle de Masca
Tras un suculento desayuno nos dirigimos hacia el acantilado de Los Gigantes para disfrutar de un paseo en barco y divisar la colonia de ballenas y delfines que se hallan aquí todo el año debido a la abundancia de comida que encuentran en las aguas atlánticas.
Bajando por la carretera que nos dirige al Puerto de Santiago es obligada la parada para fotografiar a estos impresionantes salientes que llegan a los 600 metros de altitud. Desde este punto también es posible ver la isla de La Gomera que parece vigilar a los acantilados.



Pues bien, después de pasear por el paseo marítimo del Puerto de Santiago y contemplar su hermosa playa, nos dirigimos a la calle Poblado Marinero desde donde salen las excursiones en barco. La verdad es que merece la pena. La duración del recorrido es de dos horas que te permiten divisar los cetáceos, bañarte en la playa cercana y disfrutar de un aperitivo a bordo. El coste de la actividad es de 15 Euros para los adultos y los niños menores de 5 años no pagan. A nuestros pequeños les encantó la travesía y disfrutaron mucho porque pudimos ver delfines mulares, delfines moteados y ballenas piloto. Y todo ello con el Teide nevado vigilando desde las alturas.











Al salir del barco comimos en el restaurante Casa Antonio que se encuentra en el mismo puerto. Pudimos saborear unas papas arrugás exquisitas, unas tapas bien servidas y los sabores típicos de la isla.
Después de reponer fuerzas, nos dirigimos por Santiago del Teide hacia Masca, un caserío que se sitúa en el Parque Rural de Teno y que conserva unos paisajes espectaculares. Palmeras datileras, vegetación exuberante y un pasado guanche que lo tenían como lugar de veneración a los dioses. Se esconde en lo alto de un barranco y es uno de los puntos que más nos impresionó del viaje puesto que la carretera es serpenteante por la montaña y, en ocasiones, no puedes pasar de los 20 kilómetros por hora. Eran las cinco de la tarde y empezamos a notar el cambio brusco de tiempo que caracteriza a Tenerife. Las nubes bajaban por los barrancos a una velocidad brutal y en cuestión de segundo pasamos de un tiempo despejado a estar sumergidos en las nubes. Debido a este tiempo, volvimos por donde vinimos tras visitar el mirador de la Cruz de Hilda, a pocos kilómetros de Masca. Tras pasar nuevamente por esta carretera que garantiza emociones fuertes, regresamos al hotel y pusimos punto y final al día.

  

27 de Febrero: Subida al Teide, Vilaflor y Santiago de La Laguna
¡Como irse de Tenerife y no subir al Parque Nacional del Teide! Pero, ¿a qué no saben que los accesos a la montaña estaban cortados por el hielo y la nieve? Pues sí, así era. Sin embargo, el Cabildo puso autobuses (algo que sucedía por primera vez en la historia) que subían gratuitamente desde Vilaflor hasta los teleféricos del Teide. Y parece ser que los lugareños no habían visto nunca la nieve porque se formaron colas kilométricas protagonistas de las noticias de Antena 3 y portada de los diarios locales y, ¡allí estábamos nosotros! Tras esperar a la guagua como una hora, pudimos subir y contemplar las Cañadas, los Roques de García, el parador y lo más espectacular, la estampa del Teide nevado junto al paisaje volcánico que le quedaba a los pies. En el cono había ventisca por lo que decidimos no coger el teleférico y aprovechamos para tirarnos bolas de nieve y jugar a una temperatura bajo cero.

  
La bajada con la guagua estaba mucho más despejada. Lo hicimos sin problemas y sin esperar colas. Una vez abajo, nos dimos un paseo por Vilaflor, municipio que destaca por tener un espacio natural de paisaje lunar y por ser uno de los accesos al Parque Nacional del Teide. También es conocido por sus restaurantes de comida tradicional canaria, especialmente el Casa Pana con premios y reconocimientos por sus platos elaborados a la manera isleña. Teníamos que esperar una hora para poder comer en su local así que cambiamos y almorzamos en el Restaurante Teide Flor a la entrada el pueblo donde destacan sus quesos al horno con mojo picón y mojo verde.
Después de una pequeña sobremesa cogimos nuevamente el coche con dirección a La Laguna. Esta es una localidad cerca de Santa Cruz que presume de tener un centro histórico Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus edificios inspiraron a los colonizadores españoles en América y parece que estemos en una ciudad de Iberoamérica. La catedral, su emblemática iglesia de la Concepción y sus casas-palacio bien merecen una visita. Las calles más populares son Herradores y la Carrera, flanqueadas por tiendas y cafeterías de lo más variopintos, al igual que las ventanas de sus edificios. Una cosa a tener en cuenta, es una de las ciudades más frescas de la isla y pudimos dar fe de ello, hacía un viento y una temperatura que pareciera que nos estábamos en Canarias. Ese día se celebraba una carrera urbana nocturna y se veía mucho ambiente deportivo en la ciudad. Debido a las bajas temperaturas decidimos regresar al hotel y dar por finiquitada la jornada.

            

28 de Febrero: Garachico, Icod de los Vinos, Puerto de la Cruz y vuelo de regreso.
En algún lugar leímos que Garachico merecía una parada y allá que nos fuimos, dirección norte. Pasamos, entre otros, por Santiago del Teide y El Tanque, hasta llegar a una carretera que iba bajando a nuestro destino y cuyos paisajes quitaban el hipo. Garachico es un pueblo con encanto y tranquilo, surgido de la lava de la última erupción, con piscinas naturales estupendas y con el Roque de Garachico, símbolo del lugar. Tiene espectaculares acantilados donde el viento y las olas se dejan sentir y unos miradores que dejan sin aliento. Su pasado como puerto importante se deja sentir en edificaciones como el castillo de San Miguel o Puerta de Tierra. Pasear por sus calles te hace trasladarte a ciudades como La Habana o Trinidad. Cuenta con tiendas de artesanía, tabaco, vinos y productos canarios que hacen las delicias de todo turista. Esta es una zona platanera y se pueden visitar algunas plantaciones y conocer cómo es el proceso de la cría y recogida de este manjar canario que se cultiva mirando al Atlántico con unos contrastes de azules, turquesas y negro volcánico que lo hacen singular.

  

Aunque hubiésemos querido estar más tiempo en este idílico pueblo, nos comimos unos bocatas rápidos para poder aprovechar y continuar hacia otra joya, Icod de los Vinos. Este pueblo de casas bajas, con balcones, techos de madera y callejuelas empedradas representa la arquitectura canaria más típica. En sus tierras sigue creciendo el Drago Milenario, una de las piezas más antiguas que se conocen y punto de atracción del lugar. Otro atractivo es el Mariposario o las tiendas de productos delicatessen canarios (mojo, miel de palma, quesos, vinos,..) que organizan catas de degustación. Este municipio es conocido también por su apoyo al arte. Suele haber exposiciones de pintura y escultura de los estilos más variopintos que completan la oferta cultural de Icod.


   

Tras un café en una terraza de la plaza del centro, procedimos a continuar con nuestra visita programada para hoy. Ahora tocaba el punto más turístico del norte de Tenerife, Puerto de la Cruz. Es un lugar lleno de gente a cualquier hora y que tiene una infinita oferta de ocio para todo tipo de público. Sus playas son de arena negra volcánica pero son muy pequeñas por lo que lo más recomendable es darse un chapuzón en los Lagos Martiánez o visitar el Loro Parque, el principal punto turístico de toda la isla por el número de turistas que recibe.
Y llegó la hora de nuestro regreso. Debíamos bordear la zona norte y noreste de la isla hasta llegar al aeropuerto donde entregamos el coche de alquiler y nos dispusimos a coger el avión de vuelta. La Punta del Viento nos despide desde tierra hasta la próxima.




Otro viaje, una experiencia más que nos llevamos en la mochila de recuerdos. Somos viajeros, no turistas y por eso hemos conocido Tenerife con ojos curiosos aislados de los lugares más bulliciosos. Después de dar la vuelta completa a la isla, nos han sorprendido los contrastes atmosféricos, nos han gustado la gastronomía isleña, sus gentes y nos han faltado lugares por conocer como la Orotava, adentrarnos por el Parque Anaga o profundizar en el Parque Nacional del Teide. Pues, como siempre decimos después de un viaje, volveremos.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Warner Madrid, Pirineos Aragoneses y Provincias de Soria y Segovia

Del 21 al 31 de Agosto de 2015

21 AGOSTO:
Viaje hasta la Warner.
Warner: Promoción Muchoviaje (adulto + niño gratis)= 39,90€. El parking cuesta 8 € y si es cubierto 10 €. Todo con precios abusivos. Agua, 2 €.
Hotel Elegance en Getafe 4* con desayuno. Bastante recomendable para ir al Parque de atracciones.



 22 AGOSTO:
- Mañana: Warner
Compara Bugs Buny. Espectáculo Loca academia de policía. A las 14:00 h para Aínsa. Parada en Guadalajara para comer (centro comercial). Después de Huesca, carretera malísima A-2205 porque cogimos el camino más corto con el GPS. Llegada a Aínsa.
Alojamiento hasta el 28 agosto en el Camping Aínsa (bungalow de madera para 4 personas). Se sitúa a las afueras del pueblo, a 1 Km.



23 AGOSTO:
- Aínsa: Visita al pueblo. Llegada a la oficina de turismo del castillo, muy buena y completa información.


Aínsa es un pueblo medieval muy bien conservado. Iglesia, campanario y cripta. Plaza mayor con arcada y castillo-fortaleza donde se sitúa la oficina de información turística, el museo de geología y Ecomuseo, muy bonito y entretenido para los niños. Tiene miradores desde donde ver los valles de los alrededores del pueblo.
Comida: Había mucha gente y nos sentamos en una pizzería al lado del río con un servicio pésimo. Tardamos muchísimo.

- TARDE: Ruta por el Cañón de Añisclo. Entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Bajada a la Fuente de los Baños (aguas termales) Bajé en solitario porque los niños iban dormidos en el coche. Es una pasada, el río Bellós con su corriente es la banda sonora del lugar. Por todo el recorrido se ven hayas centenarias.
- Ruta del Agua: Es un sendero circular de una hora aproximadamente. Se ve el viejo molino de Aso, la Ermita rupestre de San Úrbez de Añisclo, que es el santo que cuida del agua. Hay también un puente de piedra sobre el río.


De vuelta se va por la carretera el Valle de Vió y se pasa por la ermita románica del mismo nombre. Hicimos una pequeña parada en la aldea de Buerba, en cuya plaza se sitúa un monumento homenaje a la mujer aguadora. Destacan también sus chimeneas con los típicos “espantabrujas” de la zona del Sobrarbe.



24 AGOSTO:
- Ruta de las Ermitas de Tella: En la ruta se pueden ver varias ermitas románicas, Iglesia S. Martín, San Juan y San Pablo (con cripta del siglo XI); en ella podemos ver notas y deseos de los visitantes. Ermita de la Virgen de la Peña y Fajanillas. Todo ello enmarcado por un paisaje espectacular, con un saliente denominado el punzón de las brujas.
En Tella visitamos la Casa de la Bruja. Sólo abría a las 13:15 h. Hay vídeos en la primera y en la segunda planta. También se pueden contemplar paneles con explicaciones de plantas y ungüentos. En la planta baja nos recibe una bruja sentada en una mesa rodeada de pócimas y de un halo de misterio.
Pasamos después al Centro de Interpretación de la cueva del Oso Cavernario. En este lugar podemos contemplar una especie desaparecida ya, el oso cavernario con sus grandes dimensiones.
Hora de comer: Comimos tipo pic-nic en un merendero a pie de carretera y muy cerca del Dolmen de Tella.


Seguimos nuestro camino y nos adentramos por una carretera hasta llegar a la Garganta de Escuaín, un lugar idóneo para avistar aves. En este lugar se puede contemplar el quebrantahuesos pero nosotros nos tuvimos que conformar con el poderoso buitre leonado de cuya especie había varias decenas. Bajando por uno de los caminos, se llega a la Garganta del río Yasa que tiene pozas naturales de agua pero que no pudimos hacerlo dado lo escarpado del terreno y la corta edad de nuestros niños.

Ruta por la tarde: Valle de Pineta. Esta es otra de las entradas al Parque Nacional.
Llegamos desde Bielsa al parador, tomamos un café en la terraza con unas vistas impresionantes y nos dispusimos a iniciar la segunda caminata del día.
La ruta parte desde el parking habilitado. Siguiendo el valle subimos a la Cascada del Cinca y bajamos por un sendero algo complicado con troncos de madera pero con un entorno natural espectacular con las cascadas de Lalarri acompañándonos en paralelo. En total, la ruta fue de unas dos horas y media.



26 AGOSTO:
Dirección hacia Le Petit Train du Artoise.
Paramos por el camino en Sallent de Gallego. Es un pueblo de montaña orientado al turismo de deportes de invierno. Nos hicimos una foto con el gigante aragonés que medía 2,29 cm. Pasamos también por Panticosa, Formigal y el Valle de Tena que no nos resultó tan espectacular como la comarca del Sobrarbe.
Pasamos la frontera francesa y por la carretera encontramos un espectáculo único. Una manada de buitres comiéndose una vaca a pocos metros de la carretera. Se encontraba en el puerto de Pourmalet. En los prados se podían ver pastando tranquilamente caballos, vacas y ovejas.
Al lado de las taquillas del tren hay un lago precioso y decidimos comer allí. Tras reponer fuerzas, nos dirigimos a comprar los tickets. En total nos costó 82€ los cuatro pases comprando la tarifa familiar.
Estamos en el Pirineo francés. Tuvimos que coger un telecabina y después el tren cuyo recorrido es de 45 minutos la ida y otros tantos la vuelta. Es el tren turístico más alto de Europa por lo que es recomendable llegar ropa de abrigo. Una vez arriba se visita un lago. Hay un pequeño puesto donde venden helados y dulces pero es carísimo.
El tren va por donde iba el antiguo tren minero. Sale cada 30 minutos y la última vuelta es a las 19:15 h. Solo abre desde mayo hasta principios de octubre. Tiene muy buenas vistas. Hay ovejas sueltas por la zona y se pueden ver marmotas por el camino. Para bajar se estropeó el telecabina y vivimos un momento que podemos definir entre cómico y frío por la temperatura que había.


Cuando terminamos volvimos a Aínsa por el puerto de Portalet y la carretera N-226a, una carretera bastante mala llena de curvas. Lo positivo es que pasa por pueblos y paisajes muy bonitos. Ya de noche, se cruzan búhos y zorros.

27 DE AGOSTO
Ruta al Valle de Ordesa entrando por Torla. En Torla está el Centro de Interpretación del Parque Nacional Ordesa-Monte Perdido. En época estival se debe coger un autobús para subir (vale 4,5 € y los menores de 4 años no pagan). La ruta más famosa que se hace aquí el el Sendero de la Cola de Caballo, una impresionante cascada. Nos quedamos en las cascadas de Arripas a unos 2,5 kms. Del inicio. Es un placer caminar entre setas, hayas centenarias y el río Arazas como compañero.
Vuelta al camping y compra en el super.


A las 19:00 en Abizanda estuvimos en la Casa de los Títeres viendo la representación “La fábula de la raposa”. Está situada a unos 20 km. de Aínsa, dirección Barbastro. Es un museo de títeres y de juguetes del mundo en el que los niños pueden jugar y tocar todo. El espectáculo cuesta 7 €. Al final, puedes charlar con los actores, hacerte fotos y que te firmen el cartel del espectáculo.



28 AGOSTO
Este día tocaba dejar la comarca del Sobrarbe, unos rincones mágicos con pueblos auténticos y para repetir. Antes de salir, paramos en una librería para comprar un cuento de la zona para los niños, Silván, el terror de Sobrarbe. Además, también dimos muestra de vinos y de quesos de la zona, algo que nos recordará el viaje tiempo después en casa.
La jornada iba a ser de ruta: Canfranc y Jaca, hasta llegar a Ucero, en la provincia de Soria.
Pues bien, salimos dirección Canfranc. Queríamos conocer esta emblemática estación tan importante para la emigración española. Una vez allí, quisimos hacer una visita en el interior de la estación pero no nos fue posible puesto que debimos reservar previamente De todos modos, no sé si la visita merece la pena puesto que sólo se puede ver el vestíbulo y el paso subterráneo. Creo que pueden sacar más partido al pueblo y al lugar.


Tras dar un paseo por los alrededores, volvimos al coche para llegar a Jaca. Esta ciudad de obligada visita destaca por su historia y su vinculación con el Camino de Santiago. Destaca la Catedral de San Pedro (s. XI) con una de las portadas románicas más bonitas que existen. Había gran ambiente en la ciudad, con muchos bares y restaurantes donde comer y con un gran colorido callejero, preparando la Fiesta de las Tres Culturas. A pesar de ser un lugar abierto y moderno, conserva el sabor de lo auténtico que se puede comprobar en sus comercios y en la gastronomía. Comimos en la plaza del Marqués de la Cadena, un lugar con bares y asadores donde elegir.
Después de comer nos dirigimos al Castillo de San Pedro, la Ciudadela de Jaca. En la entrada nos encontramos un foso habitado por ciervos que le gusta mucho a los niños. En su interior, se encuentra también el Museo de Miniaturas Militares, destacable por sus reproducciones de batallas importantes. En el centro se sitúa vigilante una escultura de Felipe II.
Una vez completada esta visita, nos dirigimos hacia Ucero, un pueblo muy pequeño de Soria en el que teníamos reservado nuestro alojamiento en los Apartamentos Lobo.

29 AGOSTO
La provincia de Soria tiene el siguiente eslogan publicitario: “Soria,… ni te le imaginas”. Y además es verdad. Nos ha sorprendido la provincia de Soria muy gratamente. Patrimonio, gastronomía, entornos naturales y encantos que quedan por descubrir aún.
Por la mañana nos dirigimos a El Burgo de Osma, a unos 15 kilómetros de Ucero. Es un pueblo precioso, con gran historia y con unos edificios que bien merecen una visita. Destaca la Catedral de San Pedro, con su museo y el claustro, la plaza de la catedral, la calle Mayor con los soportales de piedra animados por comercios de antaño y tascas típicas, la plaza del ayuntamiento y la Universidad que siempre dispone de exposiciones. Es de destacar el aula de arqueología donde te puedes disfrazar de personajes de época y hacer un paseo muy ameno por la historia del lugar. Tampoco se puede dejar de mencionar el Hotel Castilla Termal, de 4 estrellas y ubicado en un edificio imponente del siglo XVI.


Una vez que visitamos los atractivos más interesantes del lugar, nos dispusimos a comer en uno de los restaurantes de la calle Mayor y a coger el coche para dirigirnos a Calatañazor, un pueblo con 70 habitantes pero con un encanto extraordinario. Está declarado Conjunto Histórico-Artístico por su conservación medieval. Dispone de castillo, dos iglesias, un entramado urbano maravilloso y mucha historia desde los siglos XI y XVI. Lo más sonado del lugar es la batalla en la que se dice que “Almarzor perdió el tambor” y es que fue derrotado en la zona tras extraviar su talismán, o eso dice la historia, leyenda o no.
Como el pueblo es muy pequeño, lo recorrimos rápido y nos dio tiempo a regresar a nuestro apartamento, echarnos una siesta y coger energía para la ruta de la tarde, otra joya.
En Ucero se encuentra uno de los atractivos más importantes de la provincia de Soria, el cañón del Río Lobos y la ermita templaria de San Bartolomé con la cueva adyacente. Es una ruta fácil de realizar en un paraje natural increíble donde ves fácilmente cervatillos, buitres y otras especies animales. Y todo ello, enmarcado en un paisaje legendario ambientado por caballeros templarios y misterios varios que rodean al lugar.


De vuelta al pueblo, cenamos en un lugar precioso, el restaurante El Balcón del Cañón, que también dispone de alojamientos rurales. Tras un día de muchas sensaciones, tocaba descansar.

30 AGOSTO
Este día lo hacíamos de ruta para terminar en Madrid, donde pasaríamos nuestra última noche. Tras desayunar y recoger, nos dirigimos hacia San Esteban de Gormaz, pueblo con iglesias románicas, bodegas tradicionales excavadas en la montaña y el paso del río Duero que ofrece al lugar la riqueza de las vides tan conocidas. Tras ver lo más importante del pueblo, continuamos hacia Sepúlveda, ya en la provincia de Segovia. Nos encontramos con el municipio en plena Fiestas de los Toros por lo que había muchísima gente. Es un bello pueblo fortificado con iglesias románicas y ambiente medieval. Está catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España y son visitables la iglesia del Salvador, la Antigua Cárcel y el Museo de los Fueros.
Ese día teníamos pic-nic para comer así que buscamos un lugar tranquilo, natural y apacible en el que coger energías. De camino con el coche pasamos por Velilla y en la orilla del rio Cega paramos a almorzar. Fue muy agradable escuchar la corriente del río y poder ver cangrejos de río, cada vez más escasos.
Una vez que descansamos, continuamos hacia Pedraza, también en la provincia de Segovia.  Se trata de una villa medieval amurallada en la que se entra solamente por una puerta. Está declarado conjunto histórico-artístico ya que todo el pueblo es en sí, un monumento. Tiene castillo, cárcel, Plaza Mayor con soportales y multitud de palacios y casonas señoriales que hacen de la villa algo único.
Tras tomar un helado refrescante nos dirigimos a Madrid para pasar nuestra última noche antes de regresar a casa.



Nos alojamos en el centro, en los Apartamentos Good Stay Prado. La verdad es que la situación es inmejorable para moverte andando por el corazón de la ciudad. Dimos un paseo que resultó ser muy literario. Nos encontramos con la antigua imprenta donde se hizo la primera edición del Quijote y la iglesia de San Sebastián, donde está enterrado Lope de Vega. Para finalizar la jornada, cenamos en la Plaza de Santa Ana, punto de partida del Barrio de las Letras.

31 AGOSTO
Este es el día de nuestro regreso pero aprovechamos la mañana para hacer algunas visitas. Pasamos por el  Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y pudimos ver una de las obras más importantes de la pintura, el Guernica de Picasso. De allí nos fuimos a la Basílica de Nuestra Señora de Atocha y al Panteón de los Hombres Ilustres, algo decepcionante si lo comparamos con el de otras ciudades como Madrid.



Y con una comida rápida para coger el coche y llegar a casa tras cinco horas de viaje, despedimos unos días estupendos en los que hemos comprobado, una vez más, las maravillas que tenemos en este país llamado España.

domingo, 14 de junio de 2015

Un día en Ronda entre bandoleros y vistas espectaculares

Ronda no es una ciudad desconocida por nosotros. La hemos visitado en múltiples ocasiones y hemos visto gran parte de su patrimonio natural y cultural. Sin embargo, esta ciudad que bien podría ser Patrimonio de la Humanidad, siempre te sorprende con sus rincones insospechados y su oferta monumental.  Y por eso decidimos dejarnos sorprender por lo que nuestros pies se fuesen encontrando.
Llegamos por la mañana y aparcamos en uno de los parkings públicos del centro antiguo. Nos encontramos callejeando con el Palacio Mondragón y decidimos entrar tras conocer que también es el Museo de la Ciudad rondeña. El edificio en sí mismo merece la pena pero mucho más cuando recorres sus salas. Hace un recorrido por la historia de la ciudad desde los primeros pobladores neolíticos hasta la Edad Media. Y todo está muy adaptado para los ojos infantiles puesto que se recrean figuras a tamaño natural de hombres de todos los tiempos y de variados oficios.
Las vistas hacia la Serranía de Ronda desde los patios del edificio son espectaculares. Con la mirada se abarcan kilómetros de montañas que marcan el paisaje que rodea a la ciudad.
Los niños hasta los 14 años no pagan la entrada y el coste para los adultos es de 3 Euros.




Una vez salimos de allí nos encontramos con la Plaza de María Auxiliadora, más conocida como la plaza del Campillo. Desde allí se inicia el sendero denominado “Los molinos del Tajo” que desciende por un camino empedrado hacia la parte inferior de la ciudad, a los pies del famoso Tajo. Existe un sendero estrecho y en algunos lugares peligroso, que te lleva a la parte inferior del Puente Nuevo, desde donde se pueden ver a aventureros lanzarse sobre la cascada del río y el Tajo que se alza majestuosamente sobre nuestras cabezas. Si los niños son pequeños, no es muy recomendable ir con ellos puesto que en algunos puntos no existe protección lateral y podría darse algún que otro susto.
El sendero continúa pero preferimos volver e ir buscando sitio para comer. La oferta gastronómica en Ronda es diversa y variada. Hay muchos restaurantes que ofrecen menús a buen precio y con buena calidad.


Tras reponer fuerzas, nos dirigimos al Puente Nuevo para tener la típica foto de cualquier turista japonés, francés o español de Ronda y volvimos sobre nuestros pies para buscar el Museo del Bandolero, único en España en el que se reproducen escenas de estos personajes serranos a tamaño real y en el que podemos encontrar documentación, trajes, revistas, películas, libros y toda clase de artículos relacionados con los bandoleros. A la entrada puedes hacerte una foto para parecer un feroz y temido forajido. Los adultos pagan un importe de 3,75 Euros.



Pensábamos coger el coche para realizar una visita a las afueras de la ciudad pero nos encontramos con la Iglesia de Santa María la Mayor y decidimos entrar. La entrada, 4,5 Euros,  tiene un coste excesivo para lo que se ofrece en el interior ya que gran parte del patrimonio religioso es del s.XX.  Lo más destacado es el coro, el retablo barroco del altar mayor y la Virgen de los Dolores atribuida a Montañés o a “La Roldana”. Desde la balconada de la parte superior se tienen unas vistas estupendas de la plaza donde se sitúa el Ayuntamiento, un edificio con arquerías de gran belleza.




Nuestra escapada a Ronda estaba terminando, o eso creíamos. Cogimos el coche con la intención de ir a la ermita rupestre de la Virgen de la Cabeza, a unos dos kilómetros del centro. Al lugar se llega por un camino sin asfaltar con las vistas más espectaculares de la ciudad. Es obligada la parada para fotografiar esta panorámica de la localidad más visitada de Andalucía, después de Sevilla y Málaga. Al llegar a la iglesia, la encontramos cerrada pero no nos importó. Las vistas han merecido la pena con creces, con los contrastes de colores que nos regala el cielo atormentado y el campo con los cultivos amarillos a punto de ser segados.

Sin bajarnos del coche nos dirigimos al Albergue Los Molinos, un lugar privilegiado donde tomar un café escuchando el bullir del agua del río y con otra perspectiva del Tajo sin precio. Es un sendero que se coge al lado de las murallas de la ciudad, de la puerta de Almocábar. Es una bajada por un carril empedrado denominado la Carretera de los Molinos. Una vez llegamos al lugar nos bajamos, tomamos un tentempié reconstituyente, dimos un pequeño paseo y cogimos el coche para volver y descansar de este ajetreado día.



Nos encanta la sensación de ser turistas cerca de casa. A veces minusvaloramos lo que más próximo pero Ronda es punto y aparte. Te deja boquiabierto cada vez que vas y siempre se te quedan senderos pendientes que hacer, monumentos que ver o rincones que descubrir.